viernes, 17 de septiembre de 2010

Gefangen in einem Traum

En un sueño soñé que soñaba y estaba soñando contigo, era un hermoso paisaje, durante el día el sol radiante nos alumbraba a más no poder y nos teníamos que refugiar debajo de una gran palmera, los dos mirábamos como aves nos sobrevolaban.

Estábamos abrazados, teníamos mucha sed y no podíamos conseguir nada de beber más que unos cuantos cocos que colgaban de una enorme palmera, de pronto voltee a ver y vi como sus labios se encontraban húmedos, salía agua pura, agua de amor, brotaba agua de ellos como una fuente, me volteo a ver y al parecer vio que también brotaba aquella agua pura, nos quedamos con las ganas de probarla.


Caía el atardecer, el sol se ocultaba por el horizonte, podíamos salir a sentarnos cerca de la orilla del mar y dejar que el agua nos tocara los pies, admirábamos aquel atardecer donde el sol se ocultaba detrás de las nubes haciendo que estas tuvieran un color anaranjado, observábamos el inmenso mar frente nuestros ojos, otras vez volteamos a vernos, pero esta vez no veía sus labios, esta vez observaba aquellos ojos de perdición infinita, unos hermosos ojos negros me miraban fijamente.


Caía la noche y teníamos que refugiarnos bajo una cueva, la cueva estaba cálida, nos acostamos en donde pudimos ella recostó su cabeza a lado de la mía y puso mi brazo alrededor de su hermoso cuerpo, solo veía como cerraba los ojos poco a poco, con un intenso sueño me dijo


-Gracias por cuidarme durante este día, no sabes cómo me haces sentir cuando……………-


Se había quedado dormida, yo seguía despierto mirando como la luna nos rodeaba a todo su esplendor, acariciaba sus mejillas, de pronto mientras miraba la luna rodo una lagrima desde mis ojos y resbalo hacia mi barbilla hasta caer en la punta de la nariz de aquella chica, la lagrima resbalo por su nariz hasta llegar a sus labios y desaparecer. Voltee a ver el cielo y aun seguía la luna abrazándonos junto con aquellas inmensas miniaturas que nos brindan un poco de luz. El cielo era hermoso hasta que me quede dormido junto con la bella chica y comencé a soñar.
Me despertó el tremendo sol en la cara y una hermosa ave, también me di cuenta de había amanecido a lado de esa hermosa chica, amanecimos abrazados y con las manos entrelazadas, ella se despertó.


-Buenos días, ¿cómo dormiste?-


-Buenos días mi am……., muy bien ¿y tú? ¿No pasaste frio?


-¿Pero como pasar frio si te tengo junto a mí?-


Le solté una sonrisa por aquella respuesta, pero me había dado cuenta de que le iba a decir mi amor, eso me basto para entender que me encontraba enamorado de ella, pero ella igual sentía algo por mí, ninguno de los dos se atrevía a decirlo, yo sentía pena al demostrarle que la amaba y tal vez ella sentía lo mismo.

Ese día habíamos decidido explorar más a fondo el sueño, íbamos caminando por debajo de unas enormes y preciosas palmeras abundadas de cocos, íbamos tomados de la mano explorando lo desconocido, después de una larga caminata llegamos a un lugar espectacular, un lugar hermoso, lleno de flores amarillas, como si nos hubiéramos topado con el paraíso, el lugar estaba lleno de aves exóticas. Nos sentamos debajo de una palmera, ella tomo mis brazos y los coloco alrededor de su cintura, al parecer ella se había cansado o solo había sido un pretexto para estar abrazada a mí.


Abrí mis ojos, nos quedamos dormidos debajo de esa palmera y soñé, todavía no se acercaba el atardecer, me di cuenta que la chica no despertaba, tenía sus brazos alrededor de mi cuello y su cabeza recostada en mi pecho como si me hubiera dado un beso mientras yo dormía.


Estaba allí tenía su hermosa boca expuesta, quería darle un beso mientras ella dormía, lo pensé por varios minutos, tenía un sueño profundo y no podía escuchar nada de lo que pasaba a su alrededor, me decidí a besarla acerque mis labios a los suyos y comencé a besarlos despacio para no despertarla.


-Que deliciosa boca- dije susurrando.


-¿Qué pasa?- me pregunto con los ojos medio abiertos.


-Nada- le conteste preocupado


-Creo que…………-


-Que pasa- le conteste


-Creo que…………. aaammmm debemos encontrar un lugar…. más…. Seguro- me dijo balbuceando


Yo esta cien por ciento de que eso no era lo que ella me quería decir, a lo mejor esta vez me iba a decir lo que en verdad siente por mí, le seguí la corriente y fuimos en busca de un lugar más seguro, caminamos hacia donde se esconde el sol y nos topamos con un lugar hermoso, con un lugar donde solo lo puedes encontrar en un sueño con mucha imaginación, nos topamos con un lugar que nacía del corazón de la tierra.


Era un lugar asombroso, los dos no habíamos quedado paralizados con la belleza que teníamos enfrente, el lugar estaba rodeado de arboles gigantes, había enormes piedras por todos lados, pero lo más asombroso era como una cascada caía fuertemente sobre unas piedras y producía un sonido sorprendente.


Estábamos agarrados de la mano, nos volteamos a ver y nos soltamos una sonrisa espectacular, echamos a reír y corrimos hacia el agua, estábamos sedientos y no podíamos dejar pasar esta oportunidad, abrazados nos hicimos bolita y nos sumergimos al agua, cuando salimos a la superficie volvimos a reír y empezamos a lanzarnos agua.


Nos divertimos como nunca en ese atardecer, agotados de tanto alboroto empezamos a buscar un lugar donde pasar la noche y madera para poder prender una fogata, por suerte encontramos el lugar perfecto detrás de las enormes piedras que golpeaba la cascada, era otra cueva pero esta cueva era extremadamente más grande que la otra, por suerte también encontramos un lugar seco dentro de la cueva para poder recostarnos, con la madera que habíamos traído prendimos una fogata al estilo cavernícola, nos relajamos con el fuego calentando nuestros cuerpos, ella volvió a recostar su cabeza sobre mi pecho como todas las noches, cerro sus ojos y después de varios minutos se durmió, este día había sido muy agotador, le acaricie su pelo el cual el fuego alumbraba y le daba un color rojo.


Yo no podía dormir, estaba pensando como demostrarle mi atracción hacia ella. Hice su cabeza a un lado, me quite la playera y la puse bajo su cabeza para que no tocara el piso helado, me pare de ahí y camine hacia afuera de la cueva hasta volver a oír el sonido de la cascada me pare enfrente de la cascada y ahí estaba otra vez la luna alumbrándome, su brillo se distorsionaba por el movimiento del agua y su luz me alumbraba los ojos.


Me quede ahí parado viendo la luna, de pronto sentí una presencia detrás de mí, no le tome mucha importancia hasta que sentí como alguien me acariciaba la espalda pasando su dedo de arriba hacia abajo, sentí una sensación extraña y voltee, era aquella chica, me le quede viendo a sus ojos los cuales también eran alumbrados por la luna, ella me tomo de los brazos y cada vez se iba acercando mas a mí, yo la rodee con mis brazos y las acerque aun mas a mí, la bese en su nariz y ella me soltó una sonrisa, acercamos nuestros labios hasta poder tocarlos, ahora si pudimos saborear el agua pura del amor, comenzamos a besarnos apasionadamente, abrí los ojos por un momento y vi como se reflejaba la luna en sus ojos.


Esa noche la luna nos alumbro como nunca lo había hecho, utilizamos nuestra ropa como cama y nos amamos bajo el manto de la luna y el calor de nuestros cuerpos sudando y el fuego avivando cada vez mas algo que no queríamos que nunca acabara, nos queríamos besar hasta que el agua de nuestros labios se acabara y quedaran secos, la tenia rodeada entre mis brazos hasta que de pronto cuando empecé a besar su cuello ella lanzo un gran suspiro y se desvaneció en mis brazos.


Abrí mis ojos, ahí estaba yo acostado sobre mi cama y a mi alrededor el mismo cuarto aburrido de todos los días, todo había sido un sueño con la chica de mis sueños, lance un gran suspiro y triste me volví a dormir tratando de volver e encontrar ese sueño tan maravilloso.

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